bayas esféricas carnosas:
Enebros, sabinas, cipreses.
De color verde glauco, cuando maduran en Otoño se tornan color marrón-rojizo o azul casi negro. Contienen hasta 4 semillas, que extraemos desmenuzando el fruto con los dedos. Si fuera necesario, remojar varios días.
Si enterramos las semillas directamente en Otoño, pueden tardar hasta 2 ó 3 años en germinar y el porcentaje de semillas germinadas es bajo. Es mejor recolectar los frutos cuando no están completamente maduros, o sea, cuando empiezan a ponerse rojizos o azulones. Pero para acelerar y mejorar la germinación las somentemos a tratamientos:
Hay animales (tordos, cuervos, zorros...) que comen estas bayas. Al excretarlas no solo las dispersan sino que las dejan muy bien preparadas para germinar, una vez que los ácidos de su aparato digestivo han ablandado la dura cobertura de la semilla (escarificar). Nosotros podemos imitar el proceso de escarificación restregando las semillas, una vez quitada la pulpa y lavadas, contra una superficie rugosa y dura (lija, lima, piedra....) o sumergiendo las semillas en ácido sulfúrico o nítrico diluido durante una hora aproximádamente, y a continuación aclaramos con agua (precaución con los ácidos). Un tratamiento equivalente a la escarificación sería someter a las semillas a una estratificación caliente: las ponemos en arena húmeda (no mojada ni encharcada), dentro de un frasco o un tupper que mantendremos cerrado, a unos 25ºC, hasta que empiece el invierno.
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